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Según Alandete Arroyo (2014), la infraestructura educativa es una variable importante para la calidad de la educación, debido a que los adecuados ambientes educativos son fundamentales para que el proceso de enseñanza-aprendizaje se desarrolle de mejor manera y se obtengan mejores resultados académicos. En el Perú, la infraestructura educativa pública se encuentra en un pésimo estado; muestra de ello es que el 50 % de escuelas que deben ser demolidas por su antigüedad y deterioro (Programa Nacional de Infraestructura Educativa, 2018). En este texto, se explicará cómo el estado precario de la infraestructura de los colegios afecta a la educación pública del Perú.

 

Una de las principales causas por las que el Perú presenta un estado precario en sus colegios públicos es el incumplimiento del objetivo 2 y 4 del Proyecto Educativo Nacional (PEN) al 2021, debido a que, desde la publicación del proyecto en el año 2006 hasta la actualidad, el Perú no ha conseguido estudiantes e instituciones educativas que logren aprendizajes pertinentes y de calidad, y una gestión descentralizada que logre buenos resultados y sea financiada con equidad. Las principales razones por las que el PEN al 2021 es incumplido son dos. El primer motivo es la mala distribución de la cantidad, forma y personas a las que se le entrega dinero destinado a la infraestructura educativa por parte del Minedu, lo cual genera ineficiencia en la gestión educativa (Garmendia, W., & Carlo, F. 2015). Según Jaime Saavedra (2016), este hecho es evidenciado en el Perú, ya que de 145 universidades existentes en el país, entre públicas y privadas, solo 82 centros han logrado obtener el licenciamiento otorgado por la Sunedu (RPP, 2019). Es decir, si en el máximo nivel de educaciòn el Perú posee una competencia escasa, el nivel de la Educación Básica Regular (EBR) es mucho peor. El segundo motivo es el deseo de funcionarios del Minedu de seguir lucrando con el dinero de la educación pública que resulta en actos de corrupción por parte de estos (Garmendia, W., & Carlo, F. 2015). Este otro hecho fue evidenciado en el año 2016, cuando se detectó que 146 millones de soles fueron gastados irregularmente en la supuesta compra de equipos educativos para las áreas de ciencia, tecnología y ambiente. Este acto de corrupción se ejecutó mediante el uso de empresas testaferras, para luego transferir el dinero a cuentas de trabajadores del Minedu (Panorama, 2016).

 

Asimismo, el principal efecto de la presencia de una infraestructura precaria en los colegios públicos del Perú es la inexistencia de un ambiente apropiado para que alumnos y docentes puedan desenvolverse. Por una parte, los alumnos obtienen pésimos resultados en pruebas académicas internacionales y nacionales. En las evaluaciones del Informe PISA 2015, se obtuvo el puesto 63 de 70 países evaluados. Además, solo el 30 % de alumnos pertenecientes al cuarto año de primaria y segundo año de secundaria lograron un resultado satisfactorio en la Evaluación Censal de Estudiantes (ECE) realizada el año pasado (Minedu, 2018). Por otra parte, los docentes se encuentran limitados en el uso de metodologías innovadoras que garanticen una enseñanza significativa. Entre estas tenemos al Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), cuyo objetivo es adquirir conocimientos y competencias a través de la resolución de problemas que brinden respuestas a situaciones reales. Estos proyectos no pueden ser ejecutados, ya que las instituciones educativas no cuentan con los espacios requeridos como laboratorios de cómputo, de química y de inglés para la realización de estos (EligeEducar, 2017). También se tiene el Aula Invertida (Flipped Classroom) que presenta como objetivo optimizar el tiempo en clase para dedicarlo a atender las necesidades especiales de cada alumno y al desarrollo de proyectos cooperativos. Esta metodología no puede ser llevada a cabo por los docentes, debido a la inexistencia de una plataforma que cuente con recursos educativos virtuales por parte de la institución y la falta de acceso a internet de los alumnos (EligeEducar, 2017).

 

En síntesis, el Perú es un país que cuenta con una infraestructura precaria en sus escuelas públicas, debido a la mala gestión de las instituciones que deben velar por ella. Una solución para este problema es el que formuló Friedman M. en el año 1955, en la cual propuso el subsidio de la educación pública. En otras palabras, planteó privatizar, tercerizar o concesionar los colegios públicos y la entrega de cupones, equivalentes a dinero, a los padres de familia. Con ello, lograría que los colegios públicos estén dirigidos por empresarios que en busca de obtener más alumnos se verán en la obligación de mejorar la educación del centro educativo a su cargo. Además, la entrega de cupones impediría que el dinero entregado a los padres de familia sea utilizado de manera inadecuada. A pesar de que en Chile la privatización de la educación fracasó, en el Perú, es una solución que debe ser tomada en cuenta. En Chile, el caos de la clase media, en el presente año, surgió porque la entrega de financiamientos (cupones) fue solo para centros educativos públicos, lo que generó que estudiantes se endeuden con préstamos privados y que se reduzca el número de centros educativos en los que podían estudiar.

     La infraestructura precaria en las escuelas públicas como causa de la ineficiente educación pública del Perú

En este reportaje publicado por el grupo “El Comercio” el 28 de marzo del presente año, podemos evidenciar uno de los miles de centros educativos que necesita ser reconstruido. Se trata de la escuela “Coronel Francisco Bolognesi”, ubicada en el distrito de Callahuanca en la provincia de Huarochirí, la cual fue declarada inhabitable desde marzo de 2017 luego de ser afectada por un huaico que dañó severamente su infraestructura.

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